Consejos para usar el trípode

Consejos para usar el trípode

Autor: Óscar Condés | Xataka Foto

Consejos prácticos para aprender a utilizar el trípode de forma correcta


Sin duda el trípode es una de los más fieles compañeros de todo fotógrafo que no puede faltar en nuestro equipo, especialmente del que practica disciplinas como el paisaje o las fotografías nocturnas o de larga exposición

Y es que elegir el trípode más adecuado es importante, pero también lo es utilizarlo correctamente. Y es que, aunque su uso pueda parecer sencillo, hay una serie de errores que se suelen cometer haciendo que los resultados no sean los esperados. 

Cuidado con el peso con que lo cargas

Por supuesto el tema del peso es vital, tanto el del propio trípode en sí como, más importante aún, el de la carga que puede soportar. Y ojo porque esto no solo se refiere al peso que aguantan las patas y el conjunto sino también el que puede soportar la rótula.

Por eso, la primera cosa que debemos comprobar es que nuestro conjunto de trípode y rótula puede aguantar el equipo que estemos pensando utilizar, lo que se suele denominar “carga útil” y que debe venir especificado en las instrucciones del producto (y si no podemos consultar en la web del fabricante). Si excedemos este peso, podría suponer que rótula o patas se muevan durante una exposición haciendo que la nitidez de las imágenes no sea la esperada.

Ojo cómo anclas los pies

Como sabrás, los trípodes suelen terminar sus patas en unos pequeños pies que generalmente son de goma, pensados para una gran mayoría de terrenos. Sin embargo, en terrenos blandos como pueda ser un lugar con hierba quizá este acabado no sea lo más adecuado para asegurar la mayor estabilidad del conjunto. Por eso es interesante que intentes quitar la protección de goma de los pies del trípode (por supuesto con cuidado de no romper nada) porque es posible que el tuyo tenga unas terminaciones puntiagudas diseñadas precisamente para lo que te decimos, asegurar el trípode en terrenos menos duros.

En cualquier caso, como puedes imaginar, sea el terreno y los pies de nuestro trípode los que sean siempre es muy importante que el trípode quede perfectamente asentado en el suelo con los pies bien anclados sin posibilidad de que se muevan accidentalmente.

Extiende las patas en el orden correcto

Como sabrás, los trípodes tienen sus patas plegadas en varias secciones de mayor a menor grosor. Es importante extenderlas precisamente en este orden, primero las más gruesas y finalmente las más finas.

De esta manera si no se hace necesario extender todas las patas estaremos apoyando el peso en las más fuertes, que lógicamente son las más gruesas, asegurándonos la mayor estabilidad posible de nuestra cámara montada en el trípode.

La columna central lo último

Muchas veces es tentador levantar la columna central para elevar la cámara lo suficiente para una toma de forma simple y rápida pero es importante darse cuenta de que no es lo más adecuado porque esta columna central es el elemento menos estable del trípode.

Por ello, solamente se debe elevar cuando sea absolutamente necesario su uso para alcanzar la altura deseada y siempre que ya hayamos desplegado las patas del trípode en toda su extensión.

No fuerces los cierres

Por supuesto hay muchos tipos de trípodes de mejor y peor calidad y con cierres de diferentes tipos, pero es habitual que muchos tengan cerraduras de tornillo o rosca, es decir que hay que apretar o aflojar (enroscar y desenroscar) para cerrar y abrir.

Pues bien, aunque desde luego es importante asegurarse de que los elementos estén bien apretados para que nada se mueve durante la exposición, también hay que tener cuidado de no apretarlo en exceso. Y es que, con el uso prolongado, apretar en exceso puede acabar causándole daños.

Usa el gancho si lo tienes

Muchos trípodes tienen un pequeño gancho en la parte inferior de la columna central diseñado para colgar un peso con el que aportar mayor estabilidad al conjunto. Por supuesto, no hace falta cargar con ningún peso, simplemente podemos utilizar nuestra propia mochila fotográfica para utilizarla como contrapeso.

Algo que será especialmente útil si la meteorología no acompaña y, por ejemplo, hay mucho viento en el ambiente o si estamos en un sitio donde puede haber vibraciones como un sitio donde haya mucho tráfico rodado.

Cuidado con los teleobjetivos

Es evidente que si montamos la cámara en el trípode con un teleobjetivo largo y pesado la estabilidad se puede resentir mucho hasta el punto de hacer que se mueva durante una exposición ya que el centro de gravedad se desplaza mucho hacia delante.

Por eso este tipo de lentes suelen tener una rosca para trípode adicional que es la mejor manera de montar el conjunto. Es decir, en vez de enganchar la cámara al trípode a través de la típica rosca montaremos el objetivo con la cámara acoplada y así nos aseguraremos de que la estabilidad es la más adecuada.

¿Estabilizador apagado o encendido?

Como norma general, se debería apagar el sistema de estabilización de la imagen siempre que montemos la cámara en un trípode. Como sabes, este sistema está diseñado para eliminar las posibles vibraciones que se produzcan y si utilizamos un trípode puede ser contraproducente porque intente compensar un movimiento que no existe.

Sin embargo, algunos sistemas son lo suficientemente inteligentes como para darse cuenta de que están siendo utilizados junto con un trípode y se apagan automáticamente. Así que conviene informarse de cuán inteligente es nuestra cámara.

Disparar a distancia

Por último, una vez que nos hemos asegurado de que nuestro trípode es todo lo estable que sea posible, es evidente que lo último que queremos es que se mueva durante la exposición por lo que la mejor estrategia es disparar a distancia. Para ello ya sabes que tienes varias posibilidades: Un disparador de cable o un control remoto inalámbrico son los más recomendables pero también los que cuestan dinero.

Una tercera vía muy recurrente es utilizar el temporizador de la cámara, por ejemplo el de dos segundos, tiempo suficiente para alejarnos de ella y dejar que nada altere la estabilidad de nuestra cámara y trípode. Adicionalmente, si estamos disparando con una cámara réflex, es interesante levantar el espejo antes de la toma (a través de los menús de configuración) ya que este movimiento, aunque leve, también podría provocar una cierta inestabilidad, sobre todo en tomas con exposiciones muy largas.

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