Tipos de iluminación en fotografía

Tipos de iluminación en fotografía

Autor: Luis Levy | Fotógrafo y escritor.

La luz fuente de la iluminación es un elemento fundamental e imprescindible en la fotografía y por esta razón es un tema demasiado extenso, con una gran cantidad de variantes y quizás el más importante. Sin embargo, el conocer las bases y los principales tipos de luz e iluminación te ayudará a obtener mejores fotografías y a lograr los efectos que deseas.

Este artículo expone los principales, con algunos ejemplos gráficos que lo harán claro y sencillo.

La fotografía depende por completo de la luz. La luz es un elemento básico y fundamental en el proceso fotográfico, ya que sin ella resulta imposible ver los objetos y lograr que una imagen quede plasmada en una película o registrada en el sensor electrónico de una cámara digital. En pocas palabras, sin luz, no hay fotografía.

Esencialmente, la iluminación en fotografía consiste en dirigir y/o rebotar luz hacia uno o varios objetos para que la escena pueda ser registrada.

Sin embargo, además de ser un factor físico imprescindible en la fotografía, la luz tiene una función plástica de expresión y modelado. Muchas veces la luz (la iluminación) le va a dar un significado y un carácter tal a nuestra toma, que por sí misma podría determinar la calidad de tu fotografía, aunque claro, esto dependerá de la técnica que emplees como fotógrafo y de tu gusto y el de los espectadores de tus fotos.

TIPOS DE LUZ

Según la fuente de la que proviene, en fotografía podemos clasificar a la luz en dos tipos:

Luz natural y luz artificial.

Luz natural Luz artificial

La luz natural proviene del sol, la luna, las estrellas o el fuego. La luz artificial la fabrica el hombre y proviene de diversos tipos de objetos luminosos, como lámparas, flashes, reflectores, etc., que son colocados y manejados por el fotógrafo. A su vez, la luz artificial puede ser continua o de descarga, es decir, existirá solamente por un corto lapso de tiempo y suele ser más intensa que la continua. Es el tipo de luz que emiten los flashes.

La luz natural es más fácil de utilizar pero más difícil de controlar, ya que por naturaleza (horario, época del año, altitud, lugar, etc.) sufre cambios respecto a sus cualidades (intensidad, dirección, calidad y color). En la luz artificial todas estas cualidades las podemos controlar, pero resulta un poco más cara e incómoda de utilizar, además de que en la mayoría de los casos, limita la extensión de la superficie iluminada.

CALIDAD DE LA LUZ

En fotografía, cuando hablamos de la calidad de la luz, nos referimos a su característica o cualidad de ser luz dura o luz suave, y no “buena” o “mala”. Esta característica dependerá del tamaño de la fuente de luz (lámparas, flashes, el sol, etc.) y de la distancia relativa entre esta y el objeto. Mientras mas grande sea la fuente o mas cerca esté del objeto, mayor será la calidad de la luz. También interviene la manera en que se difunde, es decir, la forma en que la luz emana de la fuente y llega al objeto, por lo que puede ser directa o difusa y esto va a determinar la “dureza” o “suavidad” de la imagen.

Luz dura – Es aquella en la que los rayos de luz inciden directamente sobre el personaje o elemento. Se llama dura porque por lo general tiene más potencia y genera sombras duras y definidas, creando además contrastes. Esta luz proyecta una sombra con bordes nítidos y muy definidos y resalta las texturas, las formas y a los colores los vuelve vivos. Un ejemplo de este tipo de iluminación es el de un día muy soleado (como a las 12 del mediodía) o cuando utilizamos un flash sin ningún tipo de difusor.

Luz semi-difusa – Es la emanada de fuentes de luz grandes y cercanas al objeto: entre más grande es la fuente lumínica y más cercana está al objeto, más suave será la calidad de la luz. Las sombras proyectadas se presentan claramente, pero con bordes no tan nítidos. Esta luz destaca el volumen y la textura, pero sin contrastes extremos como con la luz dura. El color es un poco más apagado pero el detalle es mejor. Un ejemplo de esta iluminación son las cajas de luz de un estudio.

Luz difusa o suave – Es la que no incide directamente sobre el personaje o elemento. Es una luz muy difusa que apenas proyecta sombras. Está producida por una fuente de luz muy extensa y de poca intensidad ya que se encuentra filtrada por algún material o elemento translúcido o bien incide tras pasar por un rebote sobre una superficie no pulida. Este tipo de luz genera un modelado más suave haciendo que los volúmenes resalten en la composición, pero que se pierda calidad en las texturas. Por ejemplo, fotografías tomadas en una habitación en donde haya una cortina por donde penetre la luz natural o fotografías tomadas en un día nublado.

DIRECCIÓN DE LA LUZ

La dirección en la que incide la luz con la que vamos a iluminar una escena es de gran importancia, ya que es uno de los factores que van a influir en el aspecto final de la imagen. De ella también van a depender la sensación de “tridimensionalidad”, la mayor o menor intensidad de la textura y la fuerza de los colores. A continuación veremos los principales tipos de iluminación de acuerdo con esta característica.

Luz frontal – Es la utilizada cuando la fuente de luz con la que iluminamos una escena se encuentra detrás del fotógrafo y frente al sujeto. Es fácil de utilizar y confiable, ya que aporta la máxima cantidad de detalles, da mayor brillantez a los colores, abarca por completo el lado del sujeto y proyecta las sombras detrás de él, lo que hace que sean casi invisibles. Sin embargo, las imágenes que se obtienen son planas, con escasa textura y con pocos espacios sombreados. Los objetos pierden volumen y profundidad.

Luz lateral – En este tipo de iluminación la fuente de luz se ubica a un costado del elemento a fotografiar, iluminando fuertemente solo un costado. Destaca el relieve, el volumen y la profundidad de los objetos tridimensionales y también resalta las texturas. Sin embargo, es una luz muy dura que crea muchas sombras y contrastes. En estos casos, las sombras se convierten en un elemento importante dentro de la composición. Esta iluminación puede que este muy bien para destacar los volúmenes de un bodegón por ejemplo, pero en retrato oculta medio rostro.

Luz semi-lateral o de tres cuartos – En este caso, el objeto a fotografiar es iluminado en forma diagonal y la luz incide en el objeto en un ángulo de 45º desde el frente o desde la parte posterior. Ésta iluminación suele ser de las más utilizadas ya que produce imágenes con textura y perspectiva bien marcadas gracias a la sombra oblicua. Las sombras favorecen la profundidad del objeto.

Luz de relleno – Esta es adicional a la iluminación principal y es la segunda luz en importancia. Esta iluminación se utiliza para disminuir las sombras de la iluminación principal y hacerlas más suaves. Por ejemplo, en un rostro habría menos contraste. Proporciona una luz más pareja, pero hay que controlarla de acuerdo con la luz principal ya que generalmente se usa con menor potencia.

Luz de fondo – Se usa para iluminar el fondo y con el mismo principio de la luz para iluminar al sujeto. Sirve principalmente para dar color, generar texturas o iluminar lo que se tiene en el fondo de la escena cuando el sujeto se confunde con él. Esto sucede cuando el sujeto tiene poco contraste con el fondo o las luces clave sobre el sujeto son demasiado fuertes y hacen que el fondo desaparezca, así que habrá que darle su propia iluminación y esta deberá ser independiente.

Contraluz – En este caso, la fuente de luz se ubica frente al fotógrafo y detrás del objeto a fotografiar, causando un efecto contrario al de la iluminación frontal. Por medio de esta iluminación se logran imágenes con elevado contraste y poco convencionales. Se captarán las siluetas y se creará un gran contraste entre el fondo y el objeto. Con este tipo de iluminación las sombras se alargan y van en dirección del fotógrafo. Este tipo de efecto oculta todo detalle, suprime el color y la textura, y los objetos que tienen volumen quedan planos y de color negro. Generalmente se usa para fotografía artística y una tanto abstracta.

Luz de separación, de contorno, de pelo o semi-contraluz – Se le conoce con cualquiera de todos estos nombres por el efecto que causa. La fuente de luz se coloca detrás del objeto pero lateralmente y un poco más alta que la luz principal, es algo intermedio entre la luz lateral y la contraluz. Esta iluminación nos permite separar o distinguir al sujeto del fondo y dar mayor relieve a la imagen. También es una luz que “filetea” los contornos, genera brillos (o una delgada línea alrededor del sujeto) y produce cierto volumen, logrando resaltar algún área en particular. En exteriores, resalta la perspectiva y las texturas, las sombras quedan proyectadas en los primeros planos y los cielos tienden a reproducirse blancos. Se le conoce también como luz de pelo ya que se utiliza mucho en los retratos para potenciar y mostrar la textura y volumen del pelo.

Luz cenital o “en picada” – En esta iluminación la fuente de luz se ubica arriba del objeto que se va a fotografiar y cae a plomo sobre la figura. En exteriores se utiliza la luz natural del medio día. La imagen que produce presenta zonas con iluminación sumamente clara y sombras verticales muy duras y marcadas que crean zonas muy oscuras.

Luz inferior o “en contra-picada” – En este caso la luz se coloca por debajo del objeto y su posición es prácticamente contraria a la cenital. Con esta iluminación, por ejemplo, se invierten las sombras del rostro convirtiéndose en sombras antinaturales. Se generan imágenes muy peculiares, con lo que se consiguen fotografías que podrían ser de misterio o de terror.

Como lo comentamos al principio, estos solamente son los principales tipos de iluminación más básicos y se presentaron como se usan típicamente. Cada uno podría variarse individualmente, por ejemplo, modificando la intensidad de la luz o afinando su ángulo de incidencia y altura, etc., lo que multiplica considerablemente las posibilidades. Y si además los combinamos entre ellos o los complementamos, es evidente que tendremos entonces una infinita cantidad de posibilidades que podremos usar con nuestra creatividad e imaginación para lograr prácticamente cualquier efecto estético o plástico de expresión y modelado que, como ya dijimos, le dará un significado y carácter único a nuestra fotografía.

La clave está en que te mantengas practicando para que descubras las innumerables posibilidades y le des a tus fotos tu único y peculiar “toque artístico” y con FOTOsmile puedes tenerlas en tus manos como un verdadero libro de arte.

Autor: Luis Levy | Fotógrafo y escritor.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.